50 ANIVERSARIO de Tucho Sineiro



ENTREVISTA DE LA VOZ DE GALICIA A NUESTRO PÁRROCO 
Con motivo del 50 aniversario de Sacerdocio



             Que a un cura, sobre todo si tiene ya cierta edad, se le trate de «don» es algo habitual. Lo que no lo es tanto es que este tratamiento vaya parejo con un diminutivo que rezuma complicidad como es Tucho. Así es como le gusta que le llamen a Antonio Sineiro, el párroco de San Cipriano de Vilanova, y así es como le llaman muchos de sus parroquianos, aunque algunos todavía se resisten porque consideran que suena irrespetuoso y poco serio.

             Esta anécdota plasma bien el carácter de este hombre que en las últimas semanas no para de recibir homenajes y muestras de cariño a propósito de haber cumplido cincuenta años de sacerdocio. Los recibió en Ribadumia -él es natural de Barrantes- y los tuvo en Vilanova de Arousa, donde el 14 de agosto el Concello le impuso una insignia y donde dio lectura al pregón con motivo de la Festa do Mexillón e o Berberecho. Una semana después, fueron sus feligreses quienes organizaron una serie de actividades en su honor, con comida populosa incluida.

             Don Tucho dice sentirse «apabullado» y tener ganas de volver a sus rutinas, aunque no por ello deja de estar «agradecido». «Eu son un home sinxelo», apunta, pero no es, ni mucho menos, un sacerdote corriente. Pese a haber cumplido ya 73 años, su curiosidad sigue intacta y no deja de reivindicar cambios en la Iglesia. No le duelen prendas al reconocer que algunos estamentos eclesiásticos están estancados. «Os curas acomodámonos e non nos renovamos. É necesaria unha revanxelización con novos métodos e meternos na realidade da vida». Quizá es por eso que lo que más trabaja y con lo que más disfruta es con el «mundo das relacións». Se relaciona en la iglesia, pero también en la calle -«se vexo a un neno sempre me gusta acercarme e dicirlle algo»- y hasta en los bares. «A igrexa é un templo pero as tabernas tamén poden ser templos onde evanxelizar».


Prueba de sus inquietudes en este campo son, por ejemplo, la fundación de la asociación juvenil Ansuíña, la elaboración de su propio método de catequesis que se plasma en 36 libros que empezó a realizar en el 2003, o el hecho de que en los últimos años, pese a la crisis de vocaciones, en Vilanova se haya ordenado ya un cura y pronto vaya a hacerlo otro.

En O Grove, donde estuvo dos años antes de recalar en Vilanova, intentó montar un centro de convivencia juvenil, pero aquel proyecto naufragó en cuanto su principal mentor, Rouco Varela, dejó el puesto que ocupaba. Hasta ese momento, veinte años atrás, Antonio Sineiro había estado vinculado, sobre todo, al mundo docente, donde impartió clases en el seminario menor y en el colegio Peleteiro.

Don Tucho es el prototipo de clérigo con los pies en la tierra y permanente contacto con la gente, en las antípodas de una curia y una doctrina que a algunos se le antojan alejadas de lo cotidiano. Por eso, cuando se le pregunta sobre cuestiones tan próximas a la juventud como el uso de anticonceptivos o las relaciones de pareja, no entra en honduras. «O mellor é o enimigo do bo. O importante é que os xóvenes vaian descubrindo a Cristo no mundo desde as experiencias sinxelas».
No obstante, pese a los pecados que pueda tener la Iglesia, Antonio Sineiro opina que la institución y su esencia están fuera de discusión. «O futuro da igrexa é imperturbable. Que treman os que crean que isto se termina. No campo do xornalismo hai moita ignorancia. Din que a Igrexa está alonxada da realidade pero é a única institución que está preto do pobo que pasa fame, como está pasando en África. Cáritas e Manos Unidas son Igrexa, e iso non se di».

En gallego y sin sotana

Don Tucho llegó a Vilanova hace 17 años y empezó ya rompiendo moldes porque se le ocurrió dar la misa de doce de los domingos en gallego. Aquello no fue bien recibido en algunas esferas pero hoy ya es algo normalizado en la liturgia. «Non uso o galego como unha bandeira pero é un elemento cultural que penso que teño obriga de defender». El gallego es su lengua materna «e aínda que non o falo ben, gústame usalo», indica el sacerdote.

Otro aspecto chocante para algunos fue encontrarse a un párroco con camisa. Don tucho renunció al alzacuellos hace más de 40 años, cuando andaba por Madrid, y no se libró por ello de algún reproche, obispo incluido. «Á sotana quérolle moito pero creo que era un signo de caciquismo. Eu son unha persoa dedicada máis á actitude interior que aos elementos exteriores», señala Antonio Sineiro Padín.







agalega.info - Videos das noticias dos informativos da TVG
Hoxe con motivo do 5o aniversario sacerdotal,
 foi entrevistado no programa "A Revista" da televisión galega TVG,
o noso querido Tucho, é un grande honor ter na nosa parroquia
un home tan entrañable, carismático e traballador-pedagogo da palabra de Deus,
todo isto sempre dende a produndidade do seu corazón.