Evangelio según San Lucas 3,15-16.21-22.
"Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo,
y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias;
él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.
y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma.
Se oyó entonces una voz del cielo:
"Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".