Dejadme la ternura
Dejadme la ternura. ¿Qué soy si vivo
a la intemperie de la vieja
danza?
¿Si en mi contra se rompe la alianza
en pleno ser de un beso
sensitivo?
¿Qué soy si en el diván de lo que escribo
sólo reposa la invernal
crianza
de los sueños vacíos de esperanza
en eterno rescoldo
primitivo?
Dejadme al menos en el campo a solas
con la alegría de las amapolas
y
en la cargada luz de su figura.
Dejadme así la lengua de las aves,
la cromática estampa de las
suaves
melodías. Dejadme la ternura.
Elpidio Ruíz Herrero