20 dic 2014

EL KERIGMA

Hay un  hecho importante y trascendental no solo ya para los creyentes, sino incluso para toda la creación y para toda la humanidad. Este hecho es el primero y gran anuncio que debemos hacer a todo hombre y a toda mujer. Anuncio que se hizo por primera  vez hace más de dos mil años a un grupo de pastores de las tierras de Palestina. Así, un médico llamado Lucas y evangelista de Jesús de Nazaret, nos lo narra en su evangelio: Lucas 2, 8-14)

En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turnos el rebaño. De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: “No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontrareis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. De pronto, en torno al ángel. Apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”

Este primer anuncio que se llama “Kerigma”, se resume en lo siguiente: “en la ciudad de David, nos ha nacido un Salvador, en una ciudad llamada Belén de Judá; vivió cumpliendo la voluntad del Padre Dios, murió, resucitó y fue glorificado por El, para nuestra salvación.

A lo largo de los tiempos, este primer anuncio del nacimiento del Salvador, se fue viviendo y celebrando en el tiempo de Navidad o “Nadal”. Los cantos, los signos, el ambiente, las fiestas… giraban todas en torno a este acontecimiento. Hoy el fuerte secularismo de la sociedad, el carácter materialista y mercantilista de esta y la profunda increencia religiosa de nuestros pueblos han hecho de este acontecimiento y de este increíble anuncio, algo irrelevante y vacio de contenido espiritual.

Que por lo menos nosotros los creyentes devolvamos a estas fiestas el verdadero contenido religioso y el propio sabor espiritual de la Navidad, con nuestras sinceras vivencias y autenticas celebraciones litúrgicas, tanto con el tiempo de preparación como es el Adviento como las celebraciones de nuestro Nadal en este 2014