HORARIO DE MISAS:
Por la mañana misas a las: 8, 9, 10, 11 h.
MISA SOLEMNE a las 12:15 h. y a continuación : PROCESIÓN.
MISA SOLEMNE a las 12:15 h. y a continuación : PROCESIÓN.
Por la tarde misas a las: 5, 6 y 7 h.
San MAURO junto con Placido, fueron los dos
grandes discípulos de San Benito.
“Un día mientras el venerable Benito
estaba en el monasterio, el mencionado niño Plácido, monje del santo varón,
salió a sacar agua del lago, y, al sumergir descuidadamente en el agua la
vasija que llevaba consigo, resbaló y se cayó, él mismo, en ella. Al instante
la corriente le arrebató y empezó a arrastrarle aguas a dentro, casi a un tiro
de flecha. El varón de Dios, sin salir de su celda, se enteró inmediatamente de
lo sucedido, y se apresuró a llamar a Mauro diciéndole: -“Corre, hermano Mauro,
que el niño, que ha ido a por agua, se acaba de caer al lago y la corriente le
está empujando cada vez más lejos”. Y, y cosa maravillosa e insólita desde el
apóstol Pedro: una vez pedida y recibida la bendición, marchó Mauro a toda
prisa a cumplir la orden de su padre, y, creyendo que caminaba sobre tierra
firme, corrió sobre el agua hasta el lugar donde la corriente había arrastrado
al niño. Le cogió de los pelos y se volvió corriendo otra vez, Apenas tocó
tierra, vuelto en sí, miró a su espalda y cayó en la cuenta de que había andado
sobre las aguas: lo que jamás imaginó poder hacer, lo admiraba ahora asombrado,
como un hecho.
Vuelto junto al
padre, le contó lo sucedido: el venerable Benito empezó a atribuir esto, no a
sus méritos, sino a la obediencia del discípulo. Mauro, por el contrario, sostenía que ello
era efecto sólo de su mandato, y que no tenía parte de aquel prodigio, pues
había actuado sin darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Y, en esta amistosa
contienda entre la humildad del maestro y la del discípulo, intervino, como
árbitro, el niño que había sido salvado, diciendo: “Yo al ser sacado del agua,
vi sobre mi cabeza la muleta del abad y creí que era él quien me sacaba de las
aguas”.