23 feb 2016

Sobreponerse a la adversidad

Javier Ordovás nos da valiosos consejos para sobreponerse a las adversidades para sobreponerse a las adversidades

              Establece buenas relaciones con tu entorno:piensa en familiares, amigos, compañeros de trabajo o incluso en otros padres de los hijos que juegan con los tuyos. Establece un círculo social que te haga percibir que tu tiempo está bien empleado y que eres una pieza importante en tu entorno.

                Acepta que el cambio es algo imprescindible para la vida: no hay evolución sin cambio y aunque no quisieras evolucionar en nada, el cambio se produciría. Por tanto, que te adaptes al cambio te va a ayudar a poner en marcha estrategias más dinámicas y a diferenciar las circunstancias de tu vida inmodificables de las que sí son modificables para poder mejorar aquello que quieres.


               Evita tomarte las crisis de tu vida como problemas insuperables: no puedes evitar que lo eventos altamente estresantes aparezcan en tu vida, pero podrás mejorar tu reacción ante ellos. Trata de ampliar tu visión y ser consciente de que la mayoría de estresantes son temporales, no fijos o permanentes. Si lo son, diseña un plan de organización y actuación.

                Establece pequeñas metas que sean asequibles: si tienes una gran meta en el horizonte, la forma de llegar a ella no es corriendo. Tienes que ir poco a poco, estableciendo pequeñas metas realistas. Sé consciente de hasta dónde puedes llegar porque “el que mucho abarca, poca aprieta“. Si eres capaz de ir cumpliendo algunas, siéntete bien contigo mismo. Ya estás en el buen camino.

                Autodescúbrete: quizás después de un duro golpe sientas la necesidad de encontrar tu parte más espiritual, de leer, de explorar tu cuerpo y mente a través de distintas actividades. Una mente ocupada te aleja de los malos pensamientos y te ayuda a establecer unas bases para ti mismo que te servirán en el futuro.

                Pregúntate que es lo que te ha hecho salir del “pozo” en otras ocasiones: recuerda situaciones duras por las que has pasado en tu vida y piensa que fue clave para tu recuperación. Si lo tienes claro, vuelve a ponerlas en marcha porque lo que le ha ido bien a una persona en una circunstancia le puede venir bien en otra.

                Cuida de ti mismo: que el trabajo o las ocupaciones no sean lo único que llena tu tiempo. Haz cosas que te gusten y con las que puedas disfrutar y sobre todo, descansa. Pasa mucho tiempo con la gente que te hace sentir bien.


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