4 dic 2016

La corona de adviento

La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar el fuego del dios sol y pedirle que regresara con su luz y calor.
Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas y les enseñaron que debían aprovechar esta Corona de Adviento como medio para esperar a Cristo, celebrar su natividad y rogarle que infunda su luz en sus almas.
 ¿Sabías tu que la corona de Adviento tiene una gran variedad de símbolos? Presta mucha atención:

La forma circular: Te darás cuenta que un círculo no tiene principio ni fin. Es una señal del amor eterno entre Dios y nosotros, también el nuestro hacia el prójimo.
Las ramas verdes: Verde es el color de la esperanza y la vida. Las ramas representan que Cristo está vivo entre nosotros, y el color verde recuerda la vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza que debemos cultivar durante el Adviento. El anhelo más importante debe ser el llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre, así como el árbol y sus ramas.
Las cuatros velas representan cada domingo de Adviento
Las velas permiten reflexionar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo, como las velas de la Corona.
En este sentido, así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando cada vez más con la cercana llegada de Cristo al mundo.
Las cuatro velas que se colocan en la Corona de Adviento se van prendiendo semana a semana, en los cuatro domingos de adviento, y con una oración especial.
Una de las velas es rosada
Tradicionalmente las velas de la Corona de Adviento son tres moradas y una rosada que se enciende el Tercer Domingo de Adviento. El color morado representa el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que debemos tener para prepararnos adecuadamente para la llegada de Cristo.  Mientras que la rosada representa el gozo que sentimos ante la cercanía del nacimiento del Señor.
En algunos lugares, todas las velas de la Corona se sustituyen por velas rojas y en la Noche de Navidad, en el centro, se coloca una vela blanca o sirio simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto existe.