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Los números parten de un informe elaborado por un equipo de expertos de varias universidades estadounidenses y publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría (AAP). Los psicólogos Julianne Holt-Lunstad, Theodore Robles y David A. Sbarra examinaron los resultados de más de 210 investigaciones con una muestra total de casi 4 millones de personas –la gran mayoría de EE.UU., pero también de Europa, Asia y Australia–, y constataron la diferencia entre los índices de mortalidad de las personas que tienen conexiones sociales y las que no.
Los autores califican el aislamiento social sin medias tintas: es una “amenaza a la salud pública”: según explican, la cuarta parte de los estadounidenses viven solos, y entre los mayores de 60, el sentimiento de soledad intensa o frecuente afecta a una proporción aun mayor, hasta del 43%, según un estudio.
Entre las causas del fenómeno, citan que el tamaño de los hogares ha decrecido desde 1985, a la vez que han subido un 10% los formados por solo una persona. La tendencia descendente en el número de personas casadas y de hijos, junto con el envejecimiento de la población, reduce las posibilidades de apoyo familiar en la tercera edad.