Oración...
Nadie está exento de que Jesús nazca en su vida,
o al menos, por cuestión de espacio.
¿Quién no tiene un su vida un pesebre,
una zona sencilla y pobre, un lugar frío y sin alumbrar,
en la que, o bien todo se amontona desordenado,
o bien nadie visita y se mantiene deshabitada y vacía durante tiempo, y tiempo,...?
Si algún día eso dejara de existir en nuestra historia
y en nuestro mundo, quizá Jesús nacería en nuestros hoteles y espacios de resplandor.
Mientras tanto, mejor acomodar nuestro pesebre,
porque es allí donde va a desear encarnarse....
“Engrandece mi
alma al Señor y mi
espíritu se alegra en
Dios, mi salvador,
porque se fijó en la
humildad de su
sierva...”
(Lc 1, 16-18)