Los bienes de la tierra nos los ha dado Dios para ser compartidos por todos.
La pobreza y el hambre son contrarios a la dignidad humana.
Sabemos que nuestra opción por los derechos humanos nos exige:
Anunciar y promover, a través de la educación para el desarrollo y de los proyectos de cooperación, la justicia que nos merecemos por el hecho de ser personas.
Ir a las causas que generan condiciones de vida inhumana.
Denunciar las estructuras que generan injusticias.