1º Con solo pan y vino, aquella mesa,
y un grupo soñador de aires divinos,
sació los sueños, descubrió destinos
y solo fue de Amor tan alta empresa.
El divino profeta es quien escoge
lo más sencillo para hacerlo cumbre
y de humilde madera y corta lumbre,
el más alto calor saca y acoge.
2º El árbol que soñaba con el cielo
tuvo la suerte de trocarse en cruces.
rompió la tarde y despertó las luces
de la vida a los pies del desconsuelo.
El Divino Profeta, el Redentor,
quiso probar la fuerza del madero.
Sus manos y sus pies son el certero
testimonio cruento de su Amor.
3º Anhelaba cruzar los grandes mares
el árbol de madera fuerte y noble.
Tenía corazón de viejo roble
y a frágil barca huyeron su
andares.
El Divino Profeta y sus amigos
montaron en la barca. Y el Maestro,
doctrina sabia y con lenguaje nuestro,
dijo: “Seréis mi voz y mis testigos”.
Elpidio Ruiz Herrero
Vilanova de
Arousa 23/3/2016