Los niños son los primeros en sufrir las guerras, la corrupción, la pobreza, los desequilibrios y desastres ambientales. Esto hace que sus derechos, desde el derecho a jugar o estudiar hasta el de ser escuchados, deban ser especialmente protegidos.
“Cada niño marginado, cada niño abusado, cada niño abandonado, cada niño sin escuela, sin atenciones médicas, es un grito que se eleva a Dios.
Recemos para que todos los países decidan tomar medidas necesarias para hacer que el futuro de los niños sea una prioridad, especialmente de aquellos que están sufriendo.”
En cada uno de ellos es Cristo, que vino a nuestro mundo como un niño indefenso, es Cristo quien nos está mirando en cada uno de esos niños.