Es dulce el corazón del que camina
por la vereda del Amor sin miedo.
El pié que pisa firme en el robledo
Y el afán de los aires de la encina.
Es dulce la palabra con espina.
El vino que se saca del viñedo.
Las olas que se rompen con el dedo
y los sudores de la voz marina.
Blanca es la luz del mensajero sabio
que endulza, con amor, la sal de agravio
en la arena silente del camino.
Porque, Tucho es la alfombra de colores,
donde pone la gente los sudores,
paladeando las pisadas del destino.
Elpidio Ruíz Herrero
Los Olmillos, (Villamuriel de Cerrato)