Viste tu corazón de fiesta, que Jesús te invita al banquete |
SAN MATEO 22, 1-14
En aquel tiempo, volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:
Ángel Nuño, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario.
LLAMADOS A LA FIESTA
Sabemos que la Buena Noticia no siempre es acogida. Muchas veces, además, es ignorada. Y otras, rebatida, impugnada e injustamente combatida. Y la Iglesia, llamada a proclamarla, es también en muchas ocasiones perseguida y atacada por hacerlo. El rey de aquel banquete ordenó a sus mensajeros proclamar en los cruces y los caminos la celebración del banquete. Todos estamos llamados a la fiesta del Señor.
Los brazos de la Iglesia se extienden hasta los confines del mundo. La Buena Noticia se dirige a toda la humanidad. Pero a veces sucede lo que sucedió en la parábola de hoy: uno de los comensales no llevaba el traje de fiesta. No podemos acoger el Evangelio a medias. No podemos sentarnos a la mesa del banquete del Señor sin amarle. No podemos acoger el Evangelio de un modo superficial, sin dejar que su luz penetre en nuestro corazón y nos traspase hasta hacernos criaturas nuevas.