23 mar 2012

Evangelio Día 25:Domingo V de Cuaresma.

Del Evangelio según San Juan 12,20-33.



Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado.
Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.
El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna.
El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor.

Comentario J. Javier García, sacerdote


La muerte de Jesús en la cruz es el centro del texto de hoy: la cruz, referida de dos maneras muy simbólicas: la elevación de Jesús, y el grano de trigo que cae en tierra y que muere para dar fruto. Y es que la muerte de Jesús es fuente de Vida. Entendamos que el seguimiento de Cristo a veces conlleva dolor, sacrificio, conversión de caminos que no son los de Dios; conlleva luchar contra el mal y contra el pecado ("ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera"). Es un seguimiento que cuenta con renuncias, no porque Dios quiera alejarnos de la felicidad, sino porque tiene la finalidad de hacernos abandonar lo viejo y renacer a lo nuevo. Ya lo dice Jesús hoy: "El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor”.