Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; 
el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. 
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, 
encontró el pasaje donde estaba escrito: 
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción.
El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, 
a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, 
a dar la libertad a los oprimidos 
y proclamar un año de gracia del Señor. 
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. 
Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él. 
Entonces comenzó a decirles: 
"Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír". 
