"Lo que nuestra época necesita, por encima de todo
-escribe el filósofo Carlos Goñi- , es silencio. Hay demasiado ruido, fuera y
dentro, como para poder oírnos entre nosotros y a nosotros mismos. Todo proyecto
humano se fragua en el silencio y la familia es nuestro gran proyecto vital. El
pensamiento sereno, la reflexión sosegada, el diálogo fecundo son necesarios
para poder encontrar esas líneas que se nos han podido ir borrando a fuerza de
estar más pendientes del ruido que de los silencios.(…) El verano suele ser una
época ruidosa: viajes, verbenas, encuentros, noches de música, gritos en las
piscinas…, por eso, es decisivo hacerle un hueco al silencio, porque, de lo
contrario, corremos el riesgo de que el exceso de ruido no nos deje oír lo
importante".