1. Ver la televisión juntos. Compartir un rato para ver la televisión, además de ser una buena manera de pasar tiempo juntos, será la manera más certera de educar a tu hijo frente a la publicidad. La solución no es por tanto censurar el contenido televisivo sino estar a su lado cuando ve la televisión y comentar juntos esos aspectos que le preocupan o que no entiende de lo que está viendo. En definitiva, un momento perfecto para educar.
2. Conoce los intereses lúdicos de tu hijo. Cada niño es diferente y cada uno de ellos tiene unas necesidades diferentes. Por eso, es necesario que conozcas los intereses lúdicos de tu hijo, esa información será fundamental para elegir entre todas las peticiones de juguetes las que mejor se adapten a sus necesidades. Así, serás capaz de ayudarle a tu hijo a elegir el juguete que más se ajusta a él y a reorientar sus peticiones en el caso de que el juguete elegido no fuera el adecuado.
3. Enséñale a elegir. Existen multitud de anuncios de juguetes, sin embargo, un niño no puede tenerlos todos. Aunque al ver un juguete por la televisión el primer impulso será pronunciar la famosa frase de ¡me lo pido! lo importante reside justo en el minuto siguiente. Será el momento de recordarle los peligros del consumismo desenfrenado y enseñarle a aceptar que no se puede tenerlo todo.
4. Ayúdale a escribir la carta a los Reyes. Normalmente, el niño pide una serie de juguetes y los padres después deciden los que compran o los que se quedan en simple deseo. Sin embargo, en vez de tomar esa decisión a posteriori utilizando un sentido crítico que aun los más pequeños no tienen , lo más adecuado es hacerle reflexionar para elegir correctamente los juguetes. Por ello, escribir la carta a los Reyes Magos de forma conjunta entre padres e hijos será la mejor manera de conseguirlo.