Haz pocos y buenos. No conviene cargarte de propósitos, coge unos pocos, dos o tres, que sean un reto para ti, que realmente quieras hacerlo porque son importantes, lo necesitas, ves que te pueden aportar mucho bien. Una vez que estos se pongan en marcha, ya podrás añadir mas, la lista se puede quedar abierta, el año es muy largo.
2. Define el para qué estos propósitos: es muy, repito, muy importante, definir este punto, porque aquí está la motivación para conseguirlo. Ser sinceros es fundamental. No lo hagas porque los demás te lo dicen, como por ejemplo dejar de fumar. Si quieres dejar de fumar, que sea porque tu quieres hacerlo, porque es un bien para tu salud y tu bolsillo.
Lo que hagas que sea porque TU LO QUIERES HACER, porque, como te decía antes, supone un bien para ti. Convierte los “necesito” y “debo” hacerlo, en “quiero, deseo y puedo hacerlo”.
3. Requisitos imprescindibles: lo que a continuación te voy a decir se tiene que cumplir si o si, sino tus propósitos se podrá quedar en sólo un deseo.
a. Muy concretos.
No hagas generalidades, ni castillos en el aire, porque ante la menor ventolera, desparecerán. ¿Qué es concreto? Ir al gym tres veces a la semana, adelgazar 15 kg. en cuatro meses, dejar de fumar en tres meses, estar dos horas al día con mis hijos, uno de los paseos del perro será de una hora al día.
b. Que sean medibles.
Con los ejemplos que te ponía antes, si decides perder peso en 15 kg., la báscula te lo dice; ir al gimnasio tres veces a la semana, si vas, es medible.
c. Que esté a tu alcance y sean realistas.
Por un lado dejar de lado los “no puedo”, “no soy capaz”, y por otro ser realista. Por ejemplo, yo, que soy hombre y tengo la edad que tengo, este año seré bailarina del ballet de Moscú… pues va a ser que no es muy realista, ¿no os parece?