Parece
indiscutible la relación existente entre el éxito y la disciplina, una de
las virtudes indispensables que adoptan todos los triunfadores
o aquellos que están en camino de serlo. Andrés
Cuevas nos habla de los principios que llevan a cabo
las personas altamente disciplinadas:
Las
personas altamente disciplinadas saben con absoluta precisión y certeza cuál es
su propósito y objetivo últimos, así como sus fortalezas y debilidades para
alcanzarlo con eficacia. Un propósito bien cimentado supone la base, desde la
cual, la disciplina puede asentarse y cobrar forma.
2. Modelan comportamientos
y conductas exitosas.
Las
personas altamente disciplinadas desarrollan el magnífico hábito de modelar
comportamientos y actitudes, de aquellos que han tenido un éxito sostenido y
continuado, en el área de desarrollo que desean mejorar e implementar.
3. Utilizan
la imaginación de manera creativa y dinámica.
Diversos
estudios de neuropsicología avalan el tremendo poder que posee la imaginación
como recurso para engendrar una visión, motivante y positiva acerca de lo que
se quiere conseguir. Estas imágenes constituyen poderosas anclas que instan a
las personas a cumplir con mayor motivación su plan de acción definido.
4. Potencian
sus recursos y habilidades de la mejor manera posible.
Las personas altamente disciplinadas se enfocan en sus
recursos y habilidades, extrayendo de ellos el mayor partido posible. Son
capaces de evaluar con exactitud como usaban esos recursos en el pasado,
reviviendo de esta manera las actitudes positivas concretas que produjeron
éxito. Se centran en posibilidades y oportunidades, nunca en miedos ni posibles
fracasos. Si cometen un error no lo ven como algo negativo a rehuir o rechazar,
sino como una enseñanza o recordatorio que producirá futuros éxitos más
adelante.