A veces, sin saber por qué, nos levantamos de mal humor. No sabemos la causa, pero nos gustaría que el buen humor fuera una constante en la vida. ¿Qué puedo hacer? La disposición es fundamental.
La alimentación influye. Comer equilibradamente nos hace sentir bien. El chocolate "alimenta" de alguna forma el buen humor. Contiene magnesio, que es calmante, y también serotonina, uno de los neurotransmisores relacionados con la felicidad. Eso sí, tiene muchas calorías y es rico en grasas, por lo tanto conviene comerlo con moderación.
El sol también ayuda a mantener el buen humor. El calor hace que nos sintamos bien, y la luz, evidentemente, ofrece la mejor cara del día. Los rayos del sol nos aportan vitamina D, que también favorece el buen humor.
Los colores no determinan en sí mismos el humor, pero tienen cierta importancia. Elige colores cálidos como el verde, el amarillo, el rojo o el naranja, que inspiran sensaciones positivas y dan mayor confianza y extraversión. Deja a un lado los colores fríos. Con tu manera de vestir también transmites tu estado de ánimo y un mensaje de buen o mal humor.