29 abr 2017

Como en Emaús (III Domingo de Pascua)




Señor,
También yo marcho hoy por la vida
Como los discípulos de Emaús:
Pensando que mi vida no tiene sentido,
Creyendo que en la vida todo es negro,
Incapaz de ver con mis ojos
La claridad del día y las estrellas de la noche.


Señor,
Yo, y otros muchos como yo,
Tenemos la tentación de creer
Que el dolor es más fuerte que la vida.
Yo, y otros como yo,
Nos decimos que esto no tiene salida
Que no hay quien lo arregle,
Que nos hemos hecho demasiadas ilusiones
Y la realidad es muy distinta…

Señor,
Yo, y otros muchos como yo,
Creemos que nos has abandonado
Y nos vamos, cabizbajos, de retirada:
“Porque ya no hay nada que hacer,
Porque ya todo está perdido”.



Señor,
¿Y no podrías salir hoy al camino
Y pasear conmigo?
¿No podrías levantar mi esperanza
De este suelo rastrero
Por donde camino?
¿No podrías quedarte a comer
Y calentar mi corazón frio?