El domingo
día 9 de Septiembre, iniciaremos en nuestra parroquia la semana de las fiestas
Patronales para concluirlas el domingo 16.
Abrimos la
semana festiva espiritual y secular con la Solemnidad de Ntra. Sra. la Virgen
de la Pastoriza ese domingo día nueve. Continuaremos el lunes día diez con la
fiesta en honor de San Roque. El martes once a San Antonio. El viernes catorce
celebraremos la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. El sábado quince la
memoria obligatoria con Eucaristía Solemne a la Bienaventurada Virgen María de
los Dolores, para cerrarlas el domingo diez y seis con la Solemnidad y Fiesta
del Patrón de nuestra comunidad parroquial, San Cipriano, obispo y mártir.
A propósito
de esta semana festiva, permítanme una breve consideración: Creo que
actualmente se dan en nuestros pueblos como tres niveles de fiestas. Un primer
nivel de fiestas puramente gastronómicas. Bien para promover un producto
típico, bien para recaudar fondos económicos para entidades recreativas,
deportivas, etc… se organizan increíbles fiestas de los caracoles, del
churrasco, de la empanada, de los mejillones… cuyo fin primordial es reunir a
la gente para disfrutar comiendo, bebiendo, bailando. Hoy son cientos de fiestas de este tipo que
se realizan por todo el territorio tanto nacional como autonómicos.
Un segundo
nivel lo constituiría aquellas que se organizan con fines culturales y
benéficos, por ejemplo: actuaciones de corales y poéticos, conjuntos musicales,
teatros… para recaudar fondos a favor de una entidad caritativa o
entretenimiento festivo del pueblo.
Pero hay un
tercer nivel de tradiciones festivas, espirituales y religiosas que esta
nuestra sociedad secularizada y descreída valora ya muy poco o nada, dándole
mucha más preponderancia a las del primer nivel.
Sin embargo
hay que decir, que un pueblo de occidente con una probada cultura cristiana y
de una profunda tradición religiosa de celebración de fiestas al Dios Padre en
Jesucristo, a su Madre la Virgen María y a los Santos, como lo es el nuestro de
San Cipriano de Vilanova de Arousa, debemos luchar y recobrarlas, por todos los
medios posibles, para que estas fiestas que le dieron y le siguen dando una
verdadera entidad a nuestro pueblo, se mantengan vivas, queridas y recordadas
por todos.
Un año más,
llegan como temerosas nuestras fiestas patronales, pero sin duda con una
sincera carga de contenido y motivación Espiritual Religioso que nos invitan a
darles nuevos impulsos y renovado esplendor.
Es necesario
recoger con orgullo el “testigo” de nuestros antepasados y luchar para que las
nuevas generaciones lo recojan también con nuevos bríos en orden a favorecer la
dimensión espiritual del ser humano.
Agradecemos a la pequeña comisión que se ha formado con
urgencia y encomiable generosidad el que se hayan decidido a trabajar este año
por lograr las celebraciones litúrgicas y festivos de nuestras fiestas
patronales. De verdad, de corazón