Los países de la UE se han comprometido a cumplir un estricto código que impide vender armas a países que puedan utilizarlas en conflictos o para la violación de derechos humanos. La realidad, sin embargo, es que «las armas sirven siempre para las guerras y para matar», apostilló el purpurado ghanés, frente a quienes pretenden legitimar este tipo de operaciones con sofismas de todo tipo.
A la hora de la verdad, la cuestión se reduce a «razones económicas: dinero y ganancias», añadió. Europa debe elegir: «si los europeos no quieren más guerras, ¿por qué invierten tanto en industria armamentística? El deseo de evitar la guerra debería inspirar la desinversión en armamento».
Y aludió a la situación africana, donde, salvo la antigua Sudáfrica del apartheid o el régimen islamista sudanés, ningún país tiene capacidad de producción de armamento, pese a lo cual no falta nunca quien suministre abundantes armas cuando hay un conflicto bélico.
Tomado de Alfa y Omega
Tomado de Alfa y Omega