31 oct 2020

LA IGLESIA NOS INVITA A ASPIRAR A LA SANTIDAD

Este es el significado de la solemnidad de Todos los Santos: al contemplar el luminoso ejemplo de los santos, suscitar en nosotros el gran deseo de ser como los santos, felices por vivir cerca de Dios, en su luz, en la gran familia de los amigos de Dios. Ser santo significa vivir cerca de Dios, vivir en su familia.

Esta es la vocación de todos nosotros, reafirmada con vigor por el concilio Vaticano II, y que hoy se vuelve a proponer de modo solemne a nuestra atención.

Pero, ¿cómo podemos llegar a ser santos, amigos de Dios? A esta pregunta se puede responder ante todo de forma negativa: para ser santos no es preciso realizar acciones y obras extraordinarias, ni poseer carismas excepcionales. Luego viene la respuesta positiva: es necesario, ante todo, escuchar a Jesús y seguirlo sin desalentarse ante las dificultades. "Si alguno me quiere servir ―nos exhorta―, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará" (Jn 12, 26).

(Benedicto XVI)


              Para muchas personas la fiesta de Todos los Santos es solamente la conmemoración de sus difuntos, conmemoración del día en que se recuerdan los rostros conocidos y amados de las personas que un día vivieron junto a nosotros y ahora ya no están.

                      Pero para los creyentes este día, no es tan sólo el recuerdo de los seres cuyos nombres están grabados en las lápidas de un cementerio al que vamos a poner unas flores y  a rezar una oración. La fiesta de Todos los Santos no es la fiesta de los “muertos”, sino la fiesta de los “vivos”. No es un día de tristeza, sino un día para expresar la inmensa esperanza que nos habita. Sin el culto a los santos y la celebración de nuestros difuntos, nuestra tierra no sería más que un lugar solitario, sin esperanza ni horizontes.

                      Celebrar a los santos y a nuestros difuntos es recordar esos rostros de nuestros seres queridos a los que el amor ha transfigurado, porque amar es resucitar, porque el Amor es Vida. Día tras día hay que ir modelando el rostro de nuestra eternidad porque sólo el amor personaliza y humaniza al ser humano. Sólo el amor diviniza al ser humano. Existen esas grandes figuras, que el Espíritu ha suscitado y sigue suscitando para alumbrarnos el camino; padres e hijos, hermanos y hermanas, amigos y conocidos que han sido testigos para nosotros de la misericordia y la ternura creadora de Dios.

                     Es importante en este día detenernos a pensar en todo el bien que Dios ha dado a la humanidad por medio de tantos hombres y mujeres que fieles a la voluntad de Dios, fieles a su amor fueron testigos del Reino del Señor. La cantidad de santos, santas y mártires que dejaron una huella tan profunda en su paso por esta tierra que ni el tiempo ni los cambios de generaciones han podido borrar. Y si decimos que es de todos los Santos es porque también celebramos a tantos Santos y Mártires que Dios ha querido tener en el anonimato, y que nosotros no conocemos por su nombre pero sabemos por la fe que están dando gloria a Dios.

                                                                                                                        + Manuel Folgar.