3 nov 2012

Evangelio día 4: Domingo XXXI del T.O.

Del Evangelio según
 San Marcos 12,28b-34.

Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien,
se acercó y le preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?".
Jesús respondió:
"El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios
 es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y
con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.
El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo.
No hay otro mandamiento más grande que estos".

Comentario de: Jose Antonio Pagola:
Jesús añade, todavía, algo que el escriba no ha preguntado. Este amor a Dios es inseparable del amor al prójimo. Sólo se puede amar a Dios amando al hermano. De lo contrario, el amor a Dios es mentira. ¿Cómo vamos a amar al Padre sin amar a sus hijos e hijas?

No siempre cuidamos los cristianos esta síntesis de Jesús. Con frecuencia, tendemos a confundir el amor a Dios con las prácticas religiosas y el fervor, ignorando el amor práctico y solidario a quienes viven excluidos por la sociedad y olvidados por la religión. Pero, ¿qué hay de verdad en nuestro amor a Dios si vivimos de espaldas a los que sufren?