Los cristianos nos consideramos seguidores y discípulos de Jesús. Él es nuestro
maestro, el que nos enseña quién es Dios y lo que eso significa para nuestras
vidas. Él es en quien ponemos nuestros ojos para aprender lo que le gusta a Dios
y lo que le desagrada. Jesús es un modelo para nuestra vida porque cumplió la
voluntad de Dios durante toda su vida. Jesús es
la Palabra de Dios que nosotros podemos entender.
Ser seguidor
de Jesús es mucho más que cumplir una serie de normas o hacer una serie de
cosas. Ser cristiano habla de una manera de vivir, de una manera de relacionarse
con los otros, de una manera de mirar el mundo... Se trata de dejar que la manera de ser de Jesús nos invada y nos
conforme, para poder vivir la vida a su modo.
Los dos
discípulos le oyeron decir esto, y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, viendo
que lo seguían, les preguntó: -¿Qué buscáis?. Ellos contestaron: -Maestro,
¿dónde vives?. El les respondió: -Venid y lo veréis. Se fueron con él, vieron
dónde vivía y pasaron aquel día con él. Eran como las cuatro de la tarde (Jn 1,
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