Creció en una familia muy religiosa. Sus padres le inculcaron la fe a ella y a sus hermanos desde muy pequeños.
Dedicaba la mayor parte de su tiempo a la gimnasia rítmica y los estudios pasaban a un segundo lugar. No tenía tiempo para estudiar y mucho menos para "las cosas religiosas de sus padres". Cuando empezó el instituto no tardó en alejarse de la fe, por malas amistades con chicos y chicas mucho mayores que ella. Pronto empezó a saltarse las clases y a salir con sus amigos.
Habiéndose aislado de su familia y ante la vaciedad de la vida que llevaba, quiso cambiar. Pero no sabía cómo. En tal situación, el Señor irrumpió en su vida a través de un campamento. De todas formas, todavía le quedaba el esfuerzo de continuar con lo que había recibido y romper con su vida de antes. Esto fue una verdadera lucha con muchas caídas. En medio de todo eso, el Señor la llamó a seguirle más de cerca y a entregar su vida.
Actualmente es candidata de las
Siervas del Hogar de la Madre y continúa estudiando en la Universidad, dando
testimonio y haciendo lo que puede para responder a las preguntas de sus
compañeras.