1.- Procura estudiar todos los días a la misma hora. Acostúmbrate a hacerlo así, del mismo modo que acostumbras comer a la misma hora. Así como el cuerpo te pide comida, la mente te pedirá estudiar.
2.- Si en cada hogar hay un sitio para comer, dormir, jugar, etc., debes buscar un lugar apropiado para estudiar.
3.- Procura estudiar de día; si lo haces de noche, busca la luz indirecta. La luz natural es mejor que la artificial. Si estudias de noche, procura que la luz caiga sobre lo que estás leyendo, y no sobre tus ojos.
4.- Vístete con ropa cómoda cuando vayas a estudiar. La ropa de “casa” es para nuestra comodidad. Cuánto más cómodos estemos al estudiar, más agradable y eficaz será nuestro estudio.
5.- Evita estudiar acostado. A la persona acostada le invaden más fácilmente las ganas de dormir; además se ve obligada a adoptar posturas incómodas para la lectura, y el exceso de sangre en el cerebro entorpece la posibilidad de aprender.
6.- Procura que en tu mesa o escritorio no haya objetos que te distraigan. Los objetos ajenos al estudio (pisapapeles, espejos, adornos llamativos, revistas, etc.), dificultan la concentración.
7.- Lee primero el tema que vas a estudiar. Conociendo la totalidad del tema, nos informaremos de su contenido y su extensión, a la vez que nos daremos cuenta de las dificultades que presentan.
8.- Consulta el diccionario. Los diccionarios nos ayudan a comprender lo que estudiamos, pero no todos sabemos manejarlos con la rapidez y eficacia necesaria.