20 oct 2014

Pablo VI: su origen, sus luchas, sus enseñanzas, sus críticos... cómo y por qué es beato











El sábado 10 de mayo, tras aprobar un milagro atribuido a su intercesión, el Papa Francisco anunció la beatificación del Papa Pablo VI. Ya el 20 de diciembre de 2012, el Papa Benedicto XVI había aprobado el decreto de reconocimiento de sus virtudes heroicas, con el consiguiente tratamiento de venerable. 

El milagro que hace posible la beatificación de Pablo VI aconteció hace dos décadas en California cuando una madre, una gestante se encomendó al Papa Montini para no perder el niño del que estaba embarazada y que, supuestamente, presentaba graves malformaciones, y que, además, podía hacer peligrar su propia vida. 

El niño nació sanó y la madre no tuvo secuelas. El Papa Francisco, al firmar el 9 de mayo de 2014, este milagro, fijó asimismo la fecha y lugar de la beatificación de Pablo VI: el domingo 19 de octubre, en San Pedro de Roma, en la clausura del Sínodo Extraordinario sobre la Familia. Se anunció apenas dos semanas después de la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II. El primero convocó el Concilio Vaticano II y al segundo y a Pablo VI les correspondió aplicarlo.

Fue Papa 15 años
En la tarde del domingo 6 de agosto de 1978, en Castelgandolfo y casi por sorpresa, fallecía el Papa Pablo VI, tras algo más de quince años de abnegado, espléndido, complejo y debatido ministerio apostólico petrino. Cuarenta días después habría cumplido 81 años.

Formado en la Curia y como diplomático
Nació el 26 de septiembre de 1896 en la localidad de Concesio, junto a Brescia, en la región norteña de Italia de la Lombardía. Fue bautizado en las aguas del bautismo con los nombres de Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini Alghisi.

Era sacerdote desde 1920, obispo desde 1954 y cardenal desde 1958. Durante más de treinta años sirvió en la Curia Romana en altas responsabilidades, a la par que atendía a los jóvenes universitarios de la FUCI. Trabajó también en el cuerpo diplomático de la Santa Sede.

Durante nueve años fue arzobispo de Milán, donde se le conocía como «el arzobispo de los obreros»

Renunció en 1952 a la púrpura cardenalicia y fue «papabile» antes incluso de ser cardenal.