Auguste Comte (1798-1857) filósofo francés, considerado -entre otras cosas como el fundador de la sociología- decía: “el interés jamás ha formado uniones verdaderas”. Pienso que estas palabras tienen una gran actualidad si analizamos lo que ocurre en Europa.
La Unión Europea nació como una Comunidad Económica, pero cuando convertirse en una unión de pueblos y estados han empezado a surgir los obstáculos que hacen dudar a no pocos de la viabilidad del proyecto. Da la impresión de que si la Unión Europea no es más que una simple unión de intereses, no será duradera.
No es la economía sola lo que da firmeza a una unidad, es necesario que se fundamente también en unos valores o principios éticos compartidos, que no se improvisan porque tienen unas raíces históricas de las que no se puede prescindir. El poder coactivo de las leyes de poco servirá si no se articulan las diversidades culturales ni se tiene en claro un proyecto compartido que vaya más allá de la economía.
Los aspectos económicos son importantes, pero es más importante que Europa sepa encontrar ideales comunes y sepa ser fiel a sus profundas raíces morales que fundamentaron una convivencia basada en el ideal de la dignidad humana.
Del Blog serpersona.info