Vincular Derechos Humanos con comercio no es una utopía"
“El debate no es entre libre comercio y proteccionismo, sino entre un comercio ético y no ético”. Así subtitula el psicólogo, sociólogo y filólogo Christian Felber su publicación “Por un comercio mundial ético” (Deusto, 2018) en la que analiza y critica el libre comercio y el proteccionismo como dos extremos, con todas sus posibles variantes intermedias.
Para Felber, se ha jugado con el concepto de libertad y lo ha adoptado masivamente la ideología neoliberal para sus intereses particulares. “¿Quién puede mostrarse contrario al libre comercio, a la economía de libre mercado, a la libre circulación de capitales o a la libre empresa?”, argumenta el autor. Según él, es necesario mirar el panorama actual del comercio con las gafas de la ética. De este modo, propone algunas medidas para conseguirlo:
- Plena implementación de los derechos humanos, del desarrollo sostenible, de una buena vida para todos o incluso del bien común. Felber subraya que “el comercio debería servir a los derechos humanos y a los valores fundamentales de una sociedad democrática, pues ese es su lugar correcto, así cumple con su función y obtiene legitimidad”.
- El comercio se debe entender como fin, no como medio: en este sentido recuerda que las libertades económicas sólo son libertades instrumentales y que están al servicio de unos valores superiores que no deben poner en peligro.
- Las Naciones Unidas son el contexto para que el comercio mundial sea más ético: se necesitan normas comerciales mundiales siguiendo los objetivos de las Naciones Unidas. De hecho, de momento, ningún gobierno se ha planteado la idea de analizar el impacto de un tratado comercial de acuerdo con una herramienta para medir el bienestar.
- La ONU también debe ser la sede del desarrollo económico internacional: pues muchos de los acuerdos, programas y declaraciones internacionales que contribuirían a un comercio mundial ético ya existen, sólo que no están integrados en el sistema de comercio.
- Se debe apostar por la cooperación regulatoria entre estados en materia de derechos humanos, derecho laboral, fiscalidad, diversidad cultural, protección del clima y de los objetivos de desarrollo sostenible, para crear una zona de comercio ético de la ONU protegida contra aquellos que no ratifiquen ni respeten el derecho internacional.
- Sería positivo vincular el acceso al mercado internacional a los resultados del balance del bien común: es decir, cuanto mayores sean los resultados éticos más acceso al libre mercado.