27 de abril de 2018
En su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, el último viernes de abril, el Santo Padre – refiriéndose a la promesa de felicidad eterna hecha por Dios – recordó :
Caminar con la promesa de Dios en el corazón
El Papa Bergoglio explicó asimismo que con esta promesa de Dios en el corazón el pueblo se puso en camino y con la seguridad de saberse “un pueblo elegido”. A la vez que añadió que el pueblo, que con frecuencia es infiel, “confiaba en la promesa, porque sabía que Dios es fiel”. Y por esta razón iba adelante, confiando en la fidelidad de Dios.“También nosotros estamos en camino: nosotros estamos en camino. Estamos en camino… y cuando hacemos esta pregunta –‘Sí, en camino: ¿pero en camino hacia dónde?’ – ‘Sí, ¡hacia el cielo!’ – ‘Y, ¿qué cosa es el cielo?’. Y ahí comenzamos a resbalar en las respuestas, no sabemos bien cómo decir ‘qué cosa es el cielo’. Y muchas veces pensamos en un cielo abstracto, un cielo lejano, un cielo… sí, sí está bien allí… Algunos piensan: ‘Pero, ¿no será un poco aburrido estar allí toda la eternidad?’. No: el cielo no es eso. Nosotros caminamos hacia un encuentro: el encuentro definitivo con Jesús. El cielo es el encuentro con Jesús”.
Jesús trabaja por nosotros, reza por nosotros
El Santo Padre añadió que debemos volver sobre este pensamiento: “Yo estoy caminando en la vida para encontrar a Jesús”. Un encuentro que nos hará gozar para siempre – afirmó Francisco –, pero después uno se pregunta:“¿Qué cosa hace Jesús, mientras tanto?”. Y respondió que el Señor no está sentado esperándome, sino que como dice el Evangelio, trabaja por nosotros. En efecto, Él mismo ha dicho: “Tengan fe también en mí”, y “Voy a prepararles un lugar”. “Y ¿cuál es el trabajo de Jesús? La intercesión. La oración de intercesión”.