De los jueces dependen decisiones que influyen en los derechos y en los bienes de las personas.
Su independencia les tiene que mantener alejados del favoritismo, de las presiones las cuales pueden contaminar las decisiones que ellos tienen que tomar.
Los jueces han de seguir el ejemplo de Jesús, que no negocia nunca la verdad.
Recemos para que todos aquellos que administran la justicia obren con integridad, y para que la injusticia que atraviesa el mundo no tenga la última palabra.