La Bienaventurada Virgen María a la
que Dios eligió de entre todas las mujeres, como madre del Dios hecho hombre
Jesucristo, fue preservada de toda culpa original, por singular privilegio
divino. La “Llena de gracia” nos inunda con esa inmensa e infinita gracia de la
SALVACIÓN:
Siendo del Cielo la
Reina,
de la creación
maravilla,
María es la más
discreta,
la más humilde y
sencilla.
Si contemplas en
silencio
como transcurre su
vida,
iras descubriendo
atento
de su entrega la
medida
Siempre callada y
dispuesta,
siempre amable y servicial,
mientras vivía en su
aldea,
era como las demás;
Más si te asomas por
dentro,
al admirar su
interior,
descubrirás los secretos
que guarda su
corazón:
Concebida sin pecado,
de siempre por Dios
amada,
por la gracia que le
ha dado,
es María INMACULADA.