2 ene 2020

Pregúntale a tu cuerpo cómo fue el año





Las conversaciones de este tiempo muchas veces nos traen la pregunta: ¿y qué tal tu año? Y sí, siempre que llega el cierre del año tendemos interiormente a hacer balances. En principio, podríamos decir que es natural porque los ciclos, al terminar, nos dicen cosas importantes. Pero también es cierto que, mientras más conscientes nos hagamos de lo que vivimos, más podremos percibir por dónde ha ido nuestro crecimiento y, sobre todo, qué es lo que más tenemos que agradecerle a la vida.

Intuyo que nuestro cuerpo puede ser un símbolo oportuno para hacernos algunas preguntas que ayuden a recoger los frutos de lo vivido.

Te invito a tomarte unos minutos en un lugar silencioso, respirar profundo, sentirte cerca de tu interioridad y repasar tu cuerpo de abajo hacia arriba acompasando estas preguntas…


Mira tus pies: ¿qué caminos he recorrido? ¿Por dónde anduvieron? ¿Qué les ha tocado transitar? ¿A quién siguieron mis pasos? ¿Qué otros pies han caminado con ellos y me gustaría agradecerles su compañía?


Toca tus rodillas: ¿ante qué misterio se han hincado? ¿qué situaciones de este año me han hecho rezar, pedir a Dios, acercarme más a mi pequeñez? ¿Cuáles han sido mis ruegos? ¿Qué personas de mi vida agradezco?


Percibe tu genitalidad: ¿qué se ha hecho fecundo este año? ¿Dónde he percibido más vida? ¿Con qué me he apasionado?


Siente tu columna vertebral: ¿qué me ha sostenido en pie este año?


Pon tu mano en tu estómago: ¿qué me ha nutrido? ¿Qué he tenido que digerir?


Toca el movimiento de tu corazón
: ¿por quiénes ha latido incansable? ¿A quiénes amó o por quiénes se dejó amar?


Reconoce tus manos: ¿qué dieron y qué recibieron este año? ¿Cuándo fueron mano tendida o puño cerrado? ¿Cómo trabajaron?


Piensa en tus sentidos: ¿qué descubrieron mis ojos? ¿Qué palabras oportunas escuché? ¿Qué ha sido lo más gustoso de este año? ¿Qué ha perfumando mi vida? ¿Cuál ha sido la textura de mi año?


Toca tu cabeza y piensa: !¿No es maravilloso tener vida?!

Por último, utiliza tu voz para dar gracias a la Vida, a ti, a Dios y a quienes sientas que han sido parte fundamental de este año.