Por Vicente Huerta.
Ser pro-activo es el primero de los famosos “hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen Covey. Ser pro-activo es más que tener iniciativa; es tomar las riendas de nuestra vida, es responder por nuestra conducta (pasada, presente y futura) y hacer elecciones con base en principios y valores, más que en estados de ánimo o circunstancias.
Las personas pro-activas son agentes de cambio y eligen no ser víctimas ni reactivas, ni culpar a otros. Para ello desarrollan y usan cuatro dones únicos: auto-conciencia, conciencia, imaginación y voluntad independiente, así como un enfoque de dentro hacia fuera para cambiar. Resuelven ser la fuerza creativa que se convierte en decisión fundamental que cualquiera puede tener.