La Iglesia del Papa Francisco quiere ser conocida, por encima de cualquier otro aspecto, como la casa de la misericordia. El siguiente texto resume esa seña de identidad:
"Creo que este es el tiempo de la misericordia. Este cambio de época, junto a tantos problemas de la Iglesia -como el testimonio impropio de tantos sacerdotes, los problemas de corrupción en la Iglesia, el problema del clericalismo, por poner un ejemplo-, ha dejado muchos heridos, tantos heridos... Y la Iglesia es Madre: debe ir a curar a los heridos, con misericordia. Si el Señor no se cansa de perdonar, nosotros no tenemos otra elección que esta: lo primero, curar a los heridos. Es mamá, la Iglesia, y debe de seguir por el camino de la misericordia. Y tratar con misericordia a todos." (Discurso 28 de julio de 2013)
El Papa señaló que "si en nuestro corazón no hay misericordia, si no hay la alegría del perdón, no estamos en comunión con Dios, incluso si observamos todos los preceptos, porque es el amor el que salva, no la sola práctica de los preceptos. Es el amor por Dios y por el prójimo lo que da cumplimiento a todos los mandamientos”.