El pasado mes de agosto el "Meeting de Rímini" (www.meetingrimini.org), ha reunido a líderes de las grandes religiones monoteístas. Durante el acto inaugural, el gran rabino de Francia, Haïm Korsia, ha tratado de explicar hasta qué punto es enriquecedor el diálogo interreligioso: “El judaísmo afirma que no posee la verdad, sino que cada persona posee la suya, que se alimenta de la de los demás. Incluso en la Biblia vemos invitaciones a entender otros puntos de vista: los judíos deben entender a los egipcios, pueblo del que escapan pero que también les había acogido; el Señor no siempre condena a los idólatras, sino que salva sus acciones positivas... Si nuestra bondad no se abre al resto, ¿de qué sirve?”
Por su parte, el imán de la mezquita de Villeurbanne, Azzedine Gaci, ha partido de un firme rechazo a cualquier tipo de violencia, pero muy en especial a la ejercida en el nombre de la religión. Así, Gaci ha remarcado la necesidad de una vida en común incluso en una época marcada por la división. “¿Es verdaderamente la religión una solución? El Corán afirma que hay una sola humanidad, un único género humano. El que tiene fe, se convierte en una presencia referencial de Dios y, por tanto, en un transmisor de paz. ´Donde tú estés, Dios estará contigo´. Esta es la piedra fundamental a la que apelar para convivir”, ha dicho. Para hacer posible esta convivencia, ha explicado el imán, son necesarios tres factores: conocer al otro, respetarlo y enriquecerse de su mirada.
El cardenal Tauran y la religiosidad light. “Nietzsche proclamó el asesinato de Dios por parte de la humanidad. Después llegó la ciencia para erigirse como respuesta a todas nuestras preguntas. Ahora volvemos desesperadamente a la religión, pero buscamos una experiencia espiritual alejada de los dogmas, centrada en el ámbito privado, panteísta y simplista; una modalidad individualista y emotiva”, ha afirmado el cardenal Tauran. En este contexto, la religión se entiende como un problema, especialmente por el fanatismo, el fundamentalismo y el terrorismo.
“¡Pero no es la religión la violenta, sino sus seguidores! Hoy no existen conflictos propiamente religiosos, sino conflictos políticos que utilizan la religión como una herramienta al servicio de sus intereses”, ha subrayado el purpurado, que ha pedido que la religión no sea usada ni como palanca de poder ni como militancia.
“¡Pero no es la religión la violenta, sino sus seguidores! Hoy no existen conflictos propiamente religiosos, sino conflictos políticos que utilizan la religión como una herramienta al servicio de sus intereses”, ha subrayado el purpurado, que ha pedido que la religión no sea usada ni como palanca de poder ni como militancia.