1. Busca siempre el segundo lugar.
"Poner al otro por encima de uno mismo". Muchas de las parejas que no prosperan lo hacen por no vivir este principio. El egoísmo no funciona en un noviazgo ni en un matrimonio. A menudo, las parejas son más egoístas entre sí que con sus amigos. Se preocupan por estar al tanto de los éxitos y los acontecimientos de sus amigos, por buscar áreas de interés común, y ceder para evitar romper una amistad... Y, sin embargo, no ponen la misma energía cuando se trata de la relación con el otro.
Las mejores relaciones son aquellas en las que rige el principio de "dar en lugar de recibir", donde los novios colocan las necesidades, aspiraciones, esperanzas y sueños de su pareja por delante de los propios. Si uno de los dos pone en práctica este principio con constancia, es altamente probable que el otro responda de manera recíproca y espontánea con el mismo amor, cariño, entrega y consideración.
2. Sé generoso en tus halagos.
Al menos una vez al día, busca algo positivo que decir a tu pareja. Siempre puedes encontrar algo admirable y digno de ser alabado. Piensa en estas cosas, pon atención a lo largo del día. Para asegurar un amor para toda la vida, debes ser el "fan número uno" de tu pareja.
Algunos psicólogos afirman que para que el amor de la pareja se mantenga fresco, se precisan al menos cinco comentarios o actuaciones positivas por cada una negativa, para contrarrestar su efecto. Así recomiendan todos los piropos, sonrisas y manifestaciones de ternura posibles, al tiempo que advierten contra la crítica, el rencor y las actitudes defensivas.
Así pues, halaga a tu pareja por todo aquello que es admirable en él/ella. Si es honrado/a, dile cuánto te agrada que lo sea; si es fiel, explícale lo maravilloso que es poder contar siempre con él/ella; si es dependiente o inseguro/a, dile lo bien que te sientes pudiendo apoyarle; y si está muy seguro/a de sí mismo/a, puedes expresar la seguridad que esa virtud te aporta también a ti.
3. En tiempos de crisis, sed uno solo. Nada une más que permanecer unidos en tiempos de crisis. El psicólogo Paul Pearsall, autor de Laws of Lasting Love, describe cómo la fortaleza de su esposa, siempre a su lado durante el tiempo en que se enfrentó a un terrible cáncer, le ayudó a superar los fatalistas pronósticos de sus doctores. Pearsall relata cómo su mujer le agarró con fuerza y le llevó de un médico a otro hasta que dieron con uno que pudo salvar su vida: "Éramos uno solo; nos movíamos a un tiempo, con la esperanza de encontrar un doctor que no confundiera el diagnóstico con un veredicto. Nunca habría podido buscar mi curación por mí mismo".