Esta frase de Tagore refleja una gran sensibilidad humana. Le pesa no haber repartido bien su riqueza, sus bienes, sus cualidades, sus virtudes, porque piensa que en el fondo no le pertenecen. Pocos son capaces de expresarse con esa humildad radical.
Los bienes son para compartirlos, de lo contrario se convierten en una carga agobiante. El egoísmo y la avaricia no producen felicidad sino desasosiego y tristeza. Sólo compartir engendra gozo y alegría aunque exija sacrificio. Compartir exige desprendimiento y grandeza de ánimo.
Del Blog de Ser Persona de Vicente Huerta