III
Está claro que Dios se compadece
Lo mismo que la luz ante lo oscuro.
Aunque el hombre se esconda tras lo
impuro,
Mueve el sentir de Padre y se enaltece.
Océanos de amor. El alma crece
Rozando la razón de lo seguro.
Y entonces Dios, de natural maduro,
Trenza la luz y en el amor se mece.
Está claro que Dios es la figura
Reclinada hacia el hombre que lo espera,
Nunca soberbio, siempre con la mano
Unida al corazón de la ternura
Reclamada por Dios, a la manera
Angelical de componente humano.
Elpidio Ruiz
Herrero
3º día de la
Novena de ánimas
Vilanova 31 –X
-2015