EL HOMBRE DE DIOS
La peregrinación en cuanto gesto simboliza nuestra propia existencia humana
y cristiana. Arraigada en lo más
profundo de nuestro corazón, refleja con especial transparencia nuestro anhelo
de encuentro y nuestra apertura a lo trascendente.
De alguna manera es
expresión de estar caminando hacia aquello que constituye la plenitud de
nuestra existencia sobre esta tierra.
Buscamos la felicidad. Somos Peregrinos.
Caminamos errantes sin hallar
reposo pues nuestros anhelos rebosan las fronteras de la vida terrena.
EL RIESGO DE CREER
Como en toda aventura “ser peregrino comporta una cuota
inevitable de inseguridad y riesgo. Ella se acrecienta por la conciencia de
nuestra debilidad y nuestro pecado” (Puebla 266). Es una experiencia parecida a
la del navegante que se lanza a alejarse de la orilla y atraviesa el océano,
con la confianza de que tras el horizonte encontrara la isla que oculta el
tesoro invalorable. Partimos a la aventura de un destino invisible, sin contar
con un testimonio sensible de nuestro destino.
CAMINO DE CONVERSIÓN
Teresa Couso.
CAMINO DE CONVERSIÓN
A Lo largo de la peregrinación se da en nosotros una innegable
transformación. El cansancio, el desgaste físico, las seguridades dejadas
atrás, las distancia recorridas, la lejanía de a rutina cotidiana, la incursión
en tierra extraña, son elementos que nos van introduciendo en una dinámica de
despojamiento de todo aquello que nos instala. En medio del camino nuestro
corazón se hace más sensible a la presencia de Dios, nos hacemos más
transparentes a nosotros mismos, nuestros oídos se abren a la naturaleza, a la
vida, al humano.
PERSEVERAR EN LA TENTACIÓN
Ante la tentación de abandonar y querer dejarlo todo, solo hay dos
alternativas: Una es el sucumbir al absurdo alejamiento de Dios y de todo y la
otra es perseverar firmemente en asumir la tentación como un reto, como una
ocasión de crecimiento y consolidación de los propósitos hechos. La tentación
se convierte en una lucha. Así como el pecado deshumaniza al hombre, el tiempo
sobre la tentación nos hace más humanos..Teresa Couso.