HOPE HAHREN autora del libro “La memoria secreta de las hojas”
Geo-bióloga, científica e investigadora de Biología de la
Universidad de Oslo.
Los árboles tienen casi tantas
hojas como cabellos tenemos los seres humanos. Algo que es verdaderamente impresionante.
Ahora centremos la mirada en una
sola hoja.
El ser humano no es capaz de crear
hojas, pero sí que sabe destruirlas. En el último decenio se han talado más de
50.000 millones de árboles. La tercera
parte de la superficie terrestre estaba antes cubierta de bosques. Cada diez
años cortamos el 1% de la totalidad de nuestros árboles sin volver a
repoblarlos, lo cual representa el
equivalente a la superficie de Francia. De manera que década tras década, se ha
ido borrando de la Tierra una Francia detrás de otra. En un solo día, un billón de hojas son
privadas de su fuente nutricia y por lo que parece a nadie le importa. Pero
debería de importarnos por la sencilla razón de que, como seres humanos estamos
obligados a interesarnos: porque ha muerto alguien que no tenía que haber
muerto.
¿Qué ha muerto alguien?
Permítame que se lo explique y,
puede que sea capaz de llevarle a mi terreno. Veo un montón de hojas, y
mientras las miro me planteo preguntas sobre ellas. Empiezo por el color: ¿Cuál
es su tono de verde?, ¿es distinto el del centro respecto al de los bordes?,
¿Cómo son los bordes?, ¿lisos?, ¿dentados?, ¿está suficientemente hidratada?,
¿está débil?, ¿arrugada?, ¿tiene buen color?, ¿de qué tamaño es la lámina?,
¿más grande que mi mano?, ¿es comestible o tóxica?, ¿Cuánto sol puede
absorber?, ¿con qué frecuencia recibe el agua de la lluvia?, ¿está enferma?, ¿está
sana?, ¿está viva?, ¿por qué?
Ahora le toca a usted: formule una
pregunta sobre su hoja.
Bien, ¿sabe lo que ha hecho?, se
ha convertido en un científico. Muchos le dirán que, para ser científico, es
preciso saber matemáticas, física o química. Craso error. Sería como decir que
para saber tricotar hay que saber llevar una casa, o que para estudiar la
Biblia es necesario saber latín. Puede servir de ayuda, desde luego, pero ya
habrá tiempo de aprender todo eso. Lo primero que tiene que hacer es formular
una pregunta sobre su materia de estudio, y usted ya ha llegado a esa fase. No
es tan complicado como algunos pretenden…