5 oct 2017

“Y LEVANTÁNDOSE…” (Lucas 24,33)

               El pasaje de los discípulos de Emaús, cuando Jesucristo resucitado salió al encuentro de dos discípulos que volvían a sus casa tristes y abatidos, dejando a la comunidad de los apóstoles y discípulos en Jerusalén porque el resucitado tardaba en presentarse, puede servirnos como ejemplo claro y vivo de LA MISIÓN que Cristo quiere que sus discípulos realicemos en el mundo a través de su Iglesia.




  • a) MISIÓN EDUCATIVA
            JESUCRISTO RESUCITADO Y SALVADOR (Kerigma) sale  al encuentro del hombre con sus problemas, grandezas y miserias: “mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo” (Lucas 24,15-16)
Por tanto también hoy nosotros, sus discípulos, debemos ayudar a descubrir y a reconocer a Jesucristo a través de la misión evangelizadora y catequética explicando y meditando las escrituras: Palabra de Dios del domingo.


  • b) MISIÓN CELEBRATIVA (LITURGIA)
            El mismo Jesucristo después de caminar un tiempo con ellos escuchándoles y explicándoles las escrituras participa en la cena.  Así nos lo relata san Lucas: “sentándose a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. (Lucas 24,30-31).
Fue pues en la celebración de la cena en donde descubrieron y reconocieron a Cristo resucitado.
Ahora nosotros, así mismo, debemos de cuidar y vivir la celebración de los Sacramentos, sobre todo el de la Eucaristía, para descubrir y reconocer también en la liturgia a Cristo resucitado.


  • c) MISIÓN DE HACER COMUNIDAD EN LA CARIDAD
            Es la misión o función que lo sintetiza todo, pues la finalidad de la misión que Jesucristo deja a su Iglesia hoy, es la evangelización y catequésis que con  la liturgia se nos hace presente a Cristo,  con la presencia en el Padre y bajo la acción del Espíritu Santo en la comunidad cristiana de la caridad. “Cáritas” con los más pobres
San Lucas lo recoge en este testo: “Levantándose en aquel momento se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos en comunidad a sus discípulos” (Lucas 24,23)

En nuestra parroquia ya llevamos varios años realizando e intentando vivir lo recogido por san Lucas en su evangelio, a través del pasaje de los discípulos de Emaús y que nuestro Sínodo Diocesano nos exige realizar pastoralmente.