El filósofo y sociólogo francés Edgar Morin decía en 1999 que «hay que aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza». Entonces no había crisis, ni populismos, ni posverdad y el mundo era mucho más previsible que ahora, pero ya apuntaba entonces unos saberes para la educación del futuro que en algunos casos coinciden con los que los expertos reunidos en Qatar para la Cumbre Mundial de Educación citan casi dos décadas después:
1. EL ASOMBRO
Platón dijo que el fin de la educación era «enseñar a desear lo deseable». El buen educador potencia la curiosidad y el asombro. Pero los críos de ahora viven estresados con sus tareas y sus extraescolares. «Los niños empiezan la escuela deseando aprender y acaban pensando sólo en aprobar», expresa Carmen Pellicer, presidenta de la Fundación Trilema. «Disfrutar del aprendizaje es fundamental. Educar no es cuestión de estrategia, sino de cariño. Frente a la presión academicista de los ránkings, del informe PISA y de las competencias, necesitamos una educación emocional, de aprender a ser persona». Hay que relajarse, volver a la naturaleza y vivir la experiencia de lo real.
2. LA 'LEARNABILITY'
Ya no vale con ser inteligente. Ni siquiera basta sólo con tener talento, que es la forma de gestionar la inteligencia. La palabra de moda es learnability, que José Antonio Marina define como «el deseo y la habilidad de aprender rápida y eficazmente». Es una herramienta clave para los jóvenes, que en su vida laboral tendrán que reciclarse entre 10 y 14 veces. El aprendizaje dura ahora toda la vida. El futuro no será de los más listos, sino de los que tengan más ganas de aprender y mantengan más tiempo ese deseo. La persistencia, el esfuerzo y el carácter son los valores del siglo XXI.
3. LA ÉTICA
La única cosa que tienen clara los distintos partidos políticos que negocian el Pacto de Estado por la Educación es que hay que poner más educación cívica en la nueva ley. Cada vez va a ser más importante enseñar en el respeto al diferente, porque cada vez hay más migraciones y más diversidad. Se ha puesto de moda en los colegios (el Miguel Catalán de Coslada, el Instituto de Sils) el aprendizaje-servicio, algo parecido a lo que antes se llamaba trabajo social.
4. EL CONOCIMIENTO
Existe un creciente interés en el mundo educativo por que los niños aprendan conocimientos concretos. «Ahora se está poniendo mucho énfasis en la educación orientada para el mercado laboral, pero en el futuro veremos el regreso de la Historia, de la Geografía y de la Literatura. Si tenemos conocimientos concretos, podemos entender mejor lo que está pasando y estar más preparados. Los niños tienen que saber de dónde vienen y conocer el contexto. Los hechos son importantes», insistía durante la Cumbre Mundial de Educación el director de la revista económica tunecina Afrique Magazine, Zyad Limam.
5. LOS LÍMITES
«Disciplinar no es solamente poner límites, es, sobre todo, educar en la conciencia del respeto al valor terapéutico de los límites», expresa el educador Gregorio Luri, que dice que hay padres que piensan que el no es una especie de virus con un poder traumatizantes. Maia Chankseliani, profesora de Educación Comparada e Internacional en la Universidad de Oxford, lo corrobora: «Las reglas son muy importantes como parte de la educación. Los jóvenes no pueden ser completamente libres, deben estar enmarcados dentro de una cierta estructura». No hace falta ser unos padres autoritarios, pero sí poner reglas, educar en los hábitos y en el rigor y conseguir que se cumplan. Los límites dan seguridad en la incertidumbre.
Del Blog serpersona.info