Dice san Pablo: «Llevad los unos las cargas de los otros y así cumpliréis la ley de Cristo»; y la ley de Cristo es: «Que os améis los unos a los otros como yo os he amado». El consejo de «llevar los unos las cargas de los otros» se refiere a la paciencia. El apóstol nos proporciona una pista sutil, pero inconfundible, de la razón por la que hemos de soportar con paciencia a la gente que nos irrita cuando sugiere que también nosotros podemos ser difíciles.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlq_3m7QSWtuJYOVbBnuMwPGrLdE2W3XKdaJf8sSb_vX5vyQoOWsspiA64KfcwDk6MHz2zCO2Ab3u8jtgcfTIbJ6yYLzRfvXm8MfNAaLWjOTMPsO_m07_mbtjTGtQXUkz2QJ25jc1U6to/s400/paciencia-1.jpg)
Examina tu conciencia de vez en cuando para descubrir qué hay en tu carácter, en tu conducta y en tus obras que enerve a los demás. Son pocas las personas que agradan a todo el mundo en todo. Cuando hayas dado con tus defectos, haz lo que puedas por corregirlos.