12 ago 2018

Razones contra la desigualdad

De www.serpersona.info
Interesante artículo de Ramiro Feijoo:
Entre los muchos estudios existentes el más valioso en mi opinión es el estudio de Richard Wilkinson y Kate Pickett, publicado en España con el título de Desigualdad: un análisis de la (in)felicidad colectiva. El libro se resume de manera fácil:                    La desigualdad influye negativamente en la mayoría de las variables de salud y bienestar social


En países desarrollados, cuanto mayor es la desigualdad, menor es la esperanza de vida, la comprensión lectora y el dominio matemático, la confianza de la sociedad en sus conciudadanos y mayor es la mortalidad infantil, el porcentaje de población reclusa, los homicidios, los nacimientos en madres adolescentes, la obesidad, las enfermedades mentales de todo tipo y las adicciones a las drogas.

El autor desagrega los resultados por países, variables e incluso por Estados de EEUU, llegando siempre a las mismas conclusiones. Llama también la atención que las consecuencias de la desigualdad pueden llegar a ser entre el doble y diez veces más negativas entre los países menos afectados (Japón o los escandinavos) y el que más (Estados Unidos).

Los autores dejan claro que correlación no es causalidad, por lo que a veces, para entender la relación entre una variable y la desigualdad, debemos transitar por varios pasos lógicos. Pero los mismos autores nos revelan el vínculo intermedio necesario que parece existir entre unas y la otra: el estrés social que acarrea, las amenazas a la estima social (recordemos que la autoestima social es una de las necesidades humanas señaladas por Maslow en la mitad de su pirámide), la inseguridad que conlleva afecta en términos de salud al sistema inmune e incluso al cardiovascular, y en términos sociales genera una tensión que puede manifestarse y explotar de diversas maneras. De la manera más suave, mediante el consumismo y la ostentación. De la manera más grave mediante problemas mentales, adicciones, inseguridad ciudadana y finalmente homicidios. Las pruebas son abrumadoras. Pero hay más:

La desigualdad afecta a las cifras agregadas y por supuesto a los más desfavorecidos. Pero atención: también a los ricos. En los países desiguales los ricos tienen una esperanza de vida menor que en los más igualitarios. El estrés asociado a la desigualdad parece que afecta también a los de arriba.