14 nov 2020
Evangelio día 15: Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario- Ciclo A
“Siembra tus semillas. Ponte disponible a su gracia“
Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,14-30):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.” Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.” Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.” El señor le respondió: “Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.”»
Palabra del Señor
José Antonio Pagola
Mt (25,14-30)
DESPERTAR LA RESPONSABILIDAD
La parábola de los talentos es un relato abierto que se presta a lecturas diversas. De hecho, comentaristas y predicadores la han interpretado con frecuencia en un sentido alegórico orientado en diferentes direcciones. Es importante que nos centremos en la actuación del tercer siervo, pues ocupa la mayor atención y espacio en la parábola.
Su conducta es extraña. Mientras los otros siervos se dedican a hacer fructificar los bienes que les ha confiado su señor, al tercero no se le ocurre nada mejor que «esconder bajo tierra» el talento recibido para conservarlo seguro. Cuando el señor llega, lo condena como siervo «negligente y holgazán» que no ha entendido nada. ¿Cómo se explica su comportamiento?
Este siervo no se siente identificado con su señor ni con sus intereses. En ningún momento actúa movido por el amor. No ama a su señor, le tiene miedo. Y es precisamente ese miedo el que lo lleva a actuar buscando su propia seguridad. Él mismo lo explica todo: «Tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra».
Este siervo no entiende en qué consiste su verdadera responsabilidad. Piensa que está respondiendo a las expectativas de su señor conservando su talento seguro, aunque improductivo. No conoce lo que es una fidelidad activa y creativa. No se implica en los proyectos de su señor. Cuando este llega, se lo dice claramente: «Aquí tienes lo tuyo».
En estos momentos en que, al parecer, el cristianismo de no pocos ha llegado a un punto en el que lo primordial es «conservar» y no tanto buscar con coraje caminos nuevos para acoger, vivir y anunciar su proyecto del reino de Dios, hemos de escuchar atentamente la parábola de Jesús. Hoy nos la dice a nosotros.
Si nunca nos sentimos llamados a seguir las exigencias de Cristo más allá de lo enseñado y mandado siempre; si no arriesgamos nada por hacer una Iglesia más fiel a Jesús; si nos mantenemos ajenos a cualquier conversión que nos pueda complicar la vida; si no asumimos la responsabilidad del reino como lo hizo Jesús, buscando «vino nuevo en odres nuevos», es que necesitamos aprender la fidelidad activa, creativa y arriesgada a la que nos invita su parábola.
Un viaje por el arte y la música a través de las emociones. Ramon Gener
Creador del cielo y de la tierra
Parece una broma, pero no lo es. A veces me han preguntado cómo puedo seguir creyéndome esto del Génesis, porque a nadie en su sano juicio le entra en la cabeza que eso haya podido pasar de verdad… Porque el Big-Bang, los chimpancés y el propio Darwin ya hablan por sí solos. Y lo más curioso, es que desde hace mucho tiempo la mayoría de los cristianos lo entendemos como un relato que pretende explicar cómo es Dios, nadie con dos dedos de frente comprende estos pasajes como un libro de Historia o una explicación que quiera reemplazar a la ciencia. La Iglesia ya lo ha dicho varias veces. Las personas que escribieron este relato no pretendían demostrar que Dios existía o escribir el primer tratado de Historia, más bien querían explicar a los lectores cómo Dios ama al mundo.
Nosotros los cristianos entendemos que Dios está detrás de todo, salvo del mal. Y todo es todo, lo que vemos, escuchamos y sentimos, y también de lo que no vemos y no podemos acceder a través de nuestra mente racional o de nuestros sentidos limitados. Son las partes que vemos, pero el cielo también es aquello que se nos escapa y no podemos acceder. Este todo incluye la vida y la muerte, lo visible y lo invisible, el principio y el final, la naturaleza con sus leyes y al hombre con su libertad. Convierte de alguna forma nuestra fe en algo capaz de dar sentido a toda nuestra existencia, lo que fuimos, somos y seremos, porque la fe no se conforma con una respuesta parcial. Y lo más importante, que Dios sigue actuando ahora y hace las cosas por amor.
Dios bendice la Creación y lo considera algo bueno. Quizás esto nos puede ayudar a entender la realidad y a descubrir que todo puede orientarse hacia Dios, huyendo de la eterna división entre lo bueno y lo malo. Pero sobre todo, podemos continuar la misión de Dios de crear vida, de ser sus cómplices creando bondad, verdad y belleza, de manera que nuestro paso por el mundo sea un pequeño paso para construir un lugar mejor para todos.
Puede que cada uno de los cristianos podamos preguntarnos cómo intentamos imitar a Dios en nuestra vocación personal y comunitaria y ser creadores de vida y de belleza en este mundo tan necesitado de amor y de esperanza.
Álvaro Lobo, Sj.
https://pastoralsj.org/
Testigo de esperanza
El encuentro con un cristiano auténtico no cesa de sorprender desde hace dos mil años: ¡qué insólita es su condición! «Extranjero y peregrino en la tierra», transeúnte que atraviesa los senderos del tiempo que tiende a la eternidad, posee ya lo que busca, aunque todavía no de un modo pleno y evidente.
6 nov 2020
Evangelio día 8: Domingo XXXII del Tiempo Ordinario
Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,1-13):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!” Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: “Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.” Pero las sensatas contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.”
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: “Señor, señor, ábrenos.” Pero él respondió: “Os lo aseguro: no os conozco.” Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»
Palabra del Señor
Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt (25,1-13)
ANTES DE QUE SEA TARDE
Mateo escribió su evangelio en unos momentos críticos para los seguidores de Jesús. La venida de Cristo se iba retrasando. La fe de no pocos se relajaba. Era necesario reavivar de nuevo la conversión primera recordando una parábola de Jesús.
El relato nos habla de una fiesta de bodas. Llenas de alegría, un grupo de jóvenes «salen a esperar al esposo». No todas van bien preparadas. Unas llevan consigo aceite para encender sus antorchas; a las otras ni se les ha ocurrido pensar en ello. Creen que basta con llevar antorchas en sus manos.
Como el esposo tarda en llegar, «a todas les entra el sueño y se duermen». Los problemas comienzan cuando se anuncia la llegada del esposo. Las jóvenes previsoras encienden sus antorchas y entran con él en el banquete. Las inconscientes se ven obligadas a salir a comprarlo. Para cuando vuelven, «la puerta está cerrada». Es demasiado tarde.
Es un error andar buscando un significado secreto al «aceite»: ¿será una alegoría para hablar del fervor espiritual, de la vida interior, de las buenas obras, del amor…? La parábola es sencillamente una llamada a vivir la adhesión a Cristo de manera responsable y lúcida ahora mismo, antes de que sea tarde. Cada uno sabrá qué es lo que ha de cuidar.
Es una irresponsabilidad llamarnos cristianos y vivir la propia religión sin hacer más esfuerzos por parecernos a él. Es un error vivir con autocomplacencia en la propia Iglesia sin plantearnos una verdadera conversión a los valores evangélicos. Es propio de inconscientes sentirnos seguidores de Jesús sin «entrar» en el proyecto de Dios que él quiso poner en marcha.
En estos momentos en que es tan fácil «relajarse», caer en el escepticismo e «ir tirando» por los caminos seguros de siempre, solo encuentro una manera de estar en la Iglesia: convirtiéndonos a Jesucristo.
‘Fratelli Tutti’: todos interpelados
vida social y política a la luz de la radicalidad evangélica, que, a juicio de Francisco, está llamada a inspirar y transformar el pensamiento y la conducta de los cristianos también en este terreno
Incluso en medios que rara vez se hacen eco de asuntos de la Iglesia, las encíclicas sociales de los Papas despiertan interés, porque ofrecen una interpretación de la realidad social a la luz del Evangelio, sin descender a las polémicas partidistas que suelen protagonizar el debate político en cada país. Precisamente cuando el partidismo exasperado constituye uno de los factores que más deterioran la concordia social, esa clase de reflexión, por su altura de miras, interpela no solo a los creyentes, sino también a cualquier persona preocupada por generar un entorno social y político más humano.
Al igual que un "padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo" (Mt, 15, 52), en esta clase de documentos los Papas acostumbran a poner el foco en los aspectos del mensaje cristiano que permiten iluminar mejor una realidad social de suyo cambiante. En un contexto mundial marcado por una evidente polarización social y política, por la "globalización de la indiferencia", por crecientes desigualdades económicas y sociales, por el descarte generalizado de personas consideradas improductivas, por conflictos identitarios exacerbados, por el rebrote del racismo y la xenofobia, y, en definitiva, por el retroceso práctico del reconocimiento universal de los derechos humanos, Francisco ha dedicado esta carta a la "Fraternidad y a la amistad social"; y, entre las muchas facetas de la fraternidad cristiana, ha querido resaltar expresamente una: la apertura a todos.
Recordando que el cristiano está llamado a fomentar la amistad social, y, por tanto, a contribuir a la construcción de la humanidad común, su reflexión encuentra eco más allá de las fronteras de la Iglesia católica y otras confesiones cristianas; de hecho, Francisco ha querido resaltar el estímulo que supuso para él su encuentro en 2019 con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb, y confía decididamente en la común humanidad y la amistad como lugar de encuentro entre creyentes y no creyentes: desde la profundidad de su fe cristiana, tomando como pauta la parábola del Buen Samaritano, el Papa no vacila en hacer causa común con todos aquellos que se empeñan sinceramente en hacerse prójimos de los demás, superando egoísmos personales o grupales, para abrirse a los otros y construir un mundo más solidario y justo, por diversas que sean sus convicciones. Porque estamos todos en el mismo barco.
En este sentido, no es casual que el título de la encíclica refleje las palabras con las que San Francisco de Asís se dirigía a sus hermanos: subraya así la continuidad con la Laudato si’, cuyo título evocaba el Cántico en el que el Santo de Asís, alabando al Creador, se refería a las criaturas todas de la tierra como hermanas: pues si él "se sentía hermano del sol, del mar y del viento, se sabía todavía más unido a los que eran de su propia carne". Una vez más, pues, el Papa Francisco invita a dirigir la mirada al Poverello de Asís, que "sembró paz por todas partes y caminó cerca de los pobres, de los abandonados, de los enfermos, de los descartados, de los últimos", para reenfocar nuestra manera de abordar la vida social y política.
De hecho, Fratelli Tutti constituye una invitación a imaginar la construcción y el desarrollo de la vida social y política a la luz de esa radicalidad evangélica, que, a juicio de Francisco, está llamada a inspirar y transformar el pensamiento y la conducta de los cristianos también en este terreno. En efecto: entrelazando su pensamiento con el de Benedicto XVI, quien en 2009 dedicó su encíclica Caritas in Veritate, a la orientación humana de la globalización, Francisco subraya: "Todos los compromisos que brotan de la Doctrina Social de la Iglesia provienen de la caridad que, según la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la Ley (cf. Mt 22,36-40)". Esto supone reconocer que "el amor, lleno de pequeños gestos de cuidado mutuo, es también civil y político, y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor". Por esa razón, el amor no sólo se expresa en relaciones íntimas y cercanas, sino también en "las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas". (n. 181).
Desde la consolidación de los vínculos sociales cotidianos hasta el modo de enfocar las relaciones internacionales, pasando por la recuperación de un sentido noble de la actividad política, son muchos los temas que se iluminan a partir de tales principios; muchos los retos que, tanto en el plano del pensamiento como de la acción, se abren para quienes quieran acoger el mensaje contenido en estas páginas. En todo caso, revisar nuestras prácticas sociales y políticas conforme al ideal de la amistad social resulta imperativo.
Ana Marta González González, Profesora de la Facultad de Filosofía y Letras e investigadora del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra. Miembro Ordinario de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales.
Fuente:https://www.almudi.org/.
INCERTIDUMBRE
Sin darnos cuenta nos hemos acostumbrado a realizar todo con la máxima seguridad, y no solo eso, sino que además la necesitamos y exigimos. Por poner un ejemplo, hace no tantos años, uno iba a la estación de tren o del autobús, un poco antes de la salida del viaje y compraba allí su billete con la certeza de que tendría sitio en el transporte. Hoy son muy pocos los que esperan tanto para comprar su ticket, ya que lo hacemos por internet, con bastante anticipación, no sea que nos quedemos sin él. Lo mismo ocurre en infinidad de situaciones en la vida, en las que, las nuevas tecnologías, que tanto nos ayudan, nos han ido haciendo un poco esclavos de la seguridad de nuestros planes y acciones, y quizá, a la vez un poco histéricos.
Y, en medio de todo ello, nos encontramos con que la situación de pandemia mundial que vivimos, amenaza a la seguridad que parecíamos haber conquistado. Por seguir con el mismo ejemplo, hoy, al comprar nuestro billete de autobús o tren, sabemos que no es tan seguro que podamos viajar, porque cualquier cosa puede complicar, retrasar o anular nuestro viaje. Lo mismo ocurre a gran escala con el inicio de los colegios, de la universidad, con la vuelta al trabajo presencial y el consiguiente abandono del teletrabajo, con la deseada la normalidad en los negocios, o la temida posibilidad de un nuevo periodo de cuarentena y cierre. Paradójicamente, todo se vuelve inseguro y frágil en la época de las app y de las agendas electrónicas.En esta situación, recuerdo con admiración a todas aquellas personas que, de un modo u otro se lanzaron a la conquista del futuro con valentía y a la vez prudencia, y sobre todo con una gran inseguridad acompañada de la confianza de que el futuro iría bien. Aquellos de nuestros abuelos que marcharon a otro país, buscando asegurar un futuro a sus descendientes, aunque no conocieran la lengua, ni supieran en qué iban a trabajar. O los misioneros que un día subieron a un barco que les llevaría al territorio en el que debían predicar el Evangelio, sin saber cuándo podrían volver a su tierra y a ver a su familia. Sus vidas, más cercanas o lejanas, nos lanzan un mensaje esperanzador en medio de la niebla espesa en la que nos encontramos. Porque nos recuerdan que, a pesar de lo que parezca, Dios camina con nosotros en medio de la incertidumbre, y junto a él alcanzaremos ese mañana mejor que anhelamos.
El video del Papa - noviembre 2020
1 nov 2020
A nuestros seres queridos...
o puedes sonreír porque ha vivido.
Puedes cerrar los ojos
y rezar para que vuelva,
o puedes abrirlos
y ver todo lo que ha dejado.
Una mención especial de recuerdo a nuestro querido párroco D. Antonio Sineiro que en este día le dedicamos desde la parroquia la última poesía que le regaló su amigo el padre Elpido Ruiz Herrero:
A TUCHO, SINEIRO PADÍN, PÁRROCO DE SAN CIPRIANO,
DE VILANOVA DE AROUSA,
QUE NOS DEJÓ Y SE FUE A BUSCARNOS SITIO
JUNTO AL PADRE
Humilde
como espejo de la espuma.
Sabio
en el renglón de lo divino.
Amigo
de la arena del camino,
cuando
el cansancio pide nueva bruma.
Cantor
de incienso blanco que perfuma
las
olas de la Ría con el vino
oscuro
de la tierra, y con el tino,
donde
la voz de Dios suena y rezuma.
Pues
tantas son las parras que almacenas,
que tus
manos alegren las almenas
de la
torre elevada en tu sonrisa.
La
quemazón hiriente y los tizones
de la
muerte, son únicas razones
que
lucen en la cruz de la cornisa.
Elpidio Ruiz
Herrero
Los Olmillos,
(Villamuriel de Cerrato)
Agosto de
2020