PARA LA HORA SANTA DEL JUEVES SANTO
Es la
hora del Viento,
el
soplo de la Luz,
el
vuelo de las aves
donde
la Iglesia gime
y se alimenta.
Es
la hora del Mar,
de
las olas batidas
por
el Amor
y
la visible entrega.
Es
el momento de extender las alas,
de
enriquecer la vida,
de
prestar afanes
y
hacer de los carismas
mantel
común
para la mesa nueva.
II
El
vuelo más lejano
es
el sosiego
y
a él venimos
cuando
Dios habita
el
profundo misterio
de
la Paz
que
nos promete.
La
vida consagrada
es
el espacio
habitual
de la entrega generosa,
el
asombro del vuelo
hacia
la cumbre
donde
Dios aquilata
la
esencia del Amor
en
aire limpio.
III
Nace
un cielo azulado
y
se respira Luz
en
todos los rincones del silencio.
Habla
Dios con palabras
cercanas
y seguras,
nos
enciende el misterio de la vida
y
así podemos ver el vuelo
exacto
de
las cosas leves
que
se han grandes
al
salir la aurora.
Entonces
la Palabra
se
hace estrella perenne
y
sigue junto al Sol
hasta
la noche.
Elpidio
Ruiz Herrero
Vilanova de Arousa 2015